El texto es la unidad máxima de comunicación. Puede ser extenso o muy reducido: una novela como Cien años de soledad es un texto, pero también lo es un solo enunciado como, por ejemplo, un refrán.
Un texto consta de una serie de ideas organizadas en torno a un tema central que le otorga unidad. Los textos tienen tres propiedades fundamentales: la coherencia, la cohesión y la adecuación.
1. LA COHERENCIA.
La coherencia es una propiedad fundamental que nos permite percibir un texto como una unidad de sentido global, es decir, como un todo unitario en el que todas las partes guardan relación entre sí. Un texto es coherente cuando manifiesta:
- COHERENCIA GLOBAL. Presenta unidad temática, es decir, hay un tema central al que se subordinan todas las partes que integran el texto (pág 89 libro de texto).
- COHERENCIA ESTRUCTURAL O LINEAL. Presenta una estructura clara y ordenada, la información se selecciona de manera adecuada y hay progresión temática, es decir, el tema va avanzando siguiendo un orden lógico, añadiendo información nueva que conecta con la información conocida (pág. 90 libro de texto).
- COHERENCIA LOCAL. Los enunciados transmiten ideas lógicas, de acuerdo con el sentido común y con las normas universales del saber humano (pág. 91 libro de texto).
2. LA COHESIÓN.
La cohesión es la manifestación lingüística de la coherencia, es decir, son aquellos mecanismos lingüísticos que conectan las distintas partes de un texto permitiendo que éste sea coherente. Un texto presenta una buena cohesión cuando en él aparecen mecanismos lingüísticos que revelan una relación coherente entre sus partes.
Los mecanismos de cohesión pueden ser de repetición, de identidad referencial, de deixis y marcadores discursivos.
a. DE REPETICIÓN: Uso de sinónimos, antónimos, hiperónimos, hipónimos o paráfrasis (pág. 93 del libro de texto).
b. DE IDENTIDAD REFERENCIAL: Se trata de un procedimiento con el que se alude a otro elemento del texto que tiene el mismo referente. Puede ser anafórica (si se refiere a algo que ha aparecido con anterioridad) o catafórica (si se refiere a algo que aparecerá posteriormente en el texto) Esta función la desempeñan los pronombres, determinantes, adverbios y las proformas léxicas o palabras comodín (pág. 94 del libro de texto).
c. DEIXIS: Es un procedimiento que nos permite localizar en un texto tanto las personas, objetos y acontecimientos como las circunstancias espacio-temporales. Puede ser, por tanto, personal (pronombres personales), espacial (demostrativos y adverbios de lugar) y temporal (adverbios temporales y tiempos verbales). (Págs. 94 y 95 del libro de texto).
d. MARCADORES DISCURSIVOS: Los párrafos de un texto y las oraciones que los integran se relacionan entre sí mediante unos elementos lingüísticos que reciben el nombre de marcadores o conectores discursivos. Suelen ser adverbios, conjunciones o locuciones (Pág. 97 del libro de texto).
3. LA MODALIDAD.
La modalidad o modalización es una propiedad textual a través de la cual se muestra la presencia del emisor en el texto, es decir, la subjetividad. Las marcas lingüísticas que ponen de manifiesto dicha subjetividad se conocen como modalizadores y pueden ser:
1. La modalidad oracional: expresa la actitud del hablante (duda, posibilidad, deseo, sorpresa, admiración, interrogación, ruego mandato o prohibición).
2. La voluntad de estilo, que se manifiesta a través del uso de recursos literarios.
3. Empleo de un léxico valorativo, que muestra el punto de vista personal del autor del texto (adjetivos, adverbios, prefijos intensificadores, sufijos aumentativos o diminutivos).
4. La tipografía: Tamaño, disposición y tipo de letra.
5. Otras: uso de la primera persona o empleo de perífrasis modales.
Son, por el contrario, marcas lingüísticas de objetividad las oraciones pasivas reflejas y las impersonales.
4. LA ADECUACIÓN.
La adecuación es la propiedad según la cual el texto se adecua o se ajusta al contexto, es decir, a las circunstancias que rodean a la comunicación: quiénes son el emisor y el destinatario, con qué finalidad se crea el texto, a través de qué canal se transmite y qué asunto trata. Por ejemplo, no sería adecuado que un periódico publicase la noticia del fallecimiento de un jefe de Estado en estos términos: Esta madrugada ha estirado la pata el presidente de la República; o que un alumno se dirigiese al director diciendo: ¡Eh tío! ¿Qué pasa?.
2. LA COHESIÓN.
La cohesión es la manifestación lingüística de la coherencia, es decir, son aquellos mecanismos lingüísticos que conectan las distintas partes de un texto permitiendo que éste sea coherente. Un texto presenta una buena cohesión cuando en él aparecen mecanismos lingüísticos que revelan una relación coherente entre sus partes.
Los mecanismos de cohesión pueden ser de repetición, de identidad referencial, de deixis y marcadores discursivos.
a. DE REPETICIÓN: Uso de sinónimos, antónimos, hiperónimos, hipónimos o paráfrasis (pág. 93 del libro de texto).
b. DE IDENTIDAD REFERENCIAL: Se trata de un procedimiento con el que se alude a otro elemento del texto que tiene el mismo referente. Puede ser anafórica (si se refiere a algo que ha aparecido con anterioridad) o catafórica (si se refiere a algo que aparecerá posteriormente en el texto) Esta función la desempeñan los pronombres, determinantes, adverbios y las proformas léxicas o palabras comodín (pág. 94 del libro de texto).
c. DEIXIS: Es un procedimiento que nos permite localizar en un texto tanto las personas, objetos y acontecimientos como las circunstancias espacio-temporales. Puede ser, por tanto, personal (pronombres personales), espacial (demostrativos y adverbios de lugar) y temporal (adverbios temporales y tiempos verbales). (Págs. 94 y 95 del libro de texto).
d. MARCADORES DISCURSIVOS: Los párrafos de un texto y las oraciones que los integran se relacionan entre sí mediante unos elementos lingüísticos que reciben el nombre de marcadores o conectores discursivos. Suelen ser adverbios, conjunciones o locuciones (Pág. 97 del libro de texto).
3. LA MODALIDAD.
La modalidad o modalización es una propiedad textual a través de la cual se muestra la presencia del emisor en el texto, es decir, la subjetividad. Las marcas lingüísticas que ponen de manifiesto dicha subjetividad se conocen como modalizadores y pueden ser:
1. La modalidad oracional: expresa la actitud del hablante (duda, posibilidad, deseo, sorpresa, admiración, interrogación, ruego mandato o prohibición).
2. La voluntad de estilo, que se manifiesta a través del uso de recursos literarios.
3. Empleo de un léxico valorativo, que muestra el punto de vista personal del autor del texto (adjetivos, adverbios, prefijos intensificadores, sufijos aumentativos o diminutivos).
4. La tipografía: Tamaño, disposición y tipo de letra.
5. Otras: uso de la primera persona o empleo de perífrasis modales.
Son, por el contrario, marcas lingüísticas de objetividad las oraciones pasivas reflejas y las impersonales.
4. LA ADECUACIÓN.
La adecuación es la propiedad según la cual el texto se adecua o se ajusta al contexto, es decir, a las circunstancias que rodean a la comunicación: quiénes son el emisor y el destinatario, con qué finalidad se crea el texto, a través de qué canal se transmite y qué asunto trata. Por ejemplo, no sería adecuado que un periódico publicase la noticia del fallecimiento de un jefe de Estado en estos términos: Esta madrugada ha estirado la pata el presidente de la República; o que un alumno se dirigiese al director diciendo: ¡Eh tío! ¿Qué pasa?.
4.1. La cortesía lingüística.
Del mismo modo que existe una
cortesía referida al buen comportamiento de las personas (como por ejemplo
ceder el asiento en el autobús a una mujer embarazada), existe una cortesía
lingüística que se manifiesta a través del lenguaje y sirve para tratar con
respeto a las personas con las que hablamos. Es cortés hablar de usted a las personas mayores que no
conocemos, saludar, despedirse o utilizar expresiones como por favor, disculpa, gracias…
Todos los hablantes, como seres
sociales que somos, tenemos una imagen positiva de nosotros mismos que es la
que queremos que los demás perciban. Sin embargo, es frecuente que en las
conversaciones del día a día se produzcan situaciones que pueden dañar dicha
imagen. Por ejemplo, cuando nos reprochan algo, cuando nos dicen una cosa que
no queremos oír o cuando nos dan una orden que no queremos cumplir. La cortesía
lingüística se encarga de disminuir esos daños mediante estrategias que sirven
para evitar conflictos y mantener las buenas relaciones entre las personas.
Para hacer un uso adecuado de la
cortesía lingüística y de sus estrategias hay que tener en cuenta la situación
comunicativa y los interlocutores, ya que no es lo mismo pedir la goma de
borrar a un compañero de clase que pedir cita para una revisión en el dentista.
En español, las estrategias de cortesía suelen desaparecer entre personas de
una edad parecida y/o con mucha
confianza.
Las principales estrategias de
cortesía lingüística son:
- Uso
de la forma interrogativa para hacer una petición o un mandato: ¿Te importaría cerrar la ventana? ¿Me puedes
decir la hora, por favor?
- Uso
de diminutivos: Apártate un momentito,
Baja un poquito la voz.
- Uso
de expresiones de duda o incertidumbre que el emisor utiliza para evitar
imponer su opinión: Puede ser que me equivoque,
pero…, No entiendo mucho de esto, pero….
- Uso
de enunciados impersonales para expresar la propia opinión sin imponerse: Mucha gente piensa que…
- Uso
del plural de cortesía. Esto es, utilizar la primera persona del plural –en la
que el propio emisor se incluye- en lugar de la segunda persona, que es más
directa e impositiva: Este ejercicio lo
hacemos por escrito en lugar de Haced
este ejercicio por escrito.
- Uso
de determinados tiempos verbales que expresan cortesía como el pretérito
imperfecto (Venía a pedirte un favor) o
el condicional (Tendríamos que quedar hoy
para terminar el trabajo).
- Uso
de enunciados indirectos para evitar imponerse y dejar que sea el interlocutor
quien interprete el enunciado. Por ejemplo, si el hablante quiere hacer una
petición, en lugar de decirlo de forma clara y directa, lo “deja caer” de forma
indirecta. A veces estos enunciados, aunque son corteses, pueden resultar poco
claros porque puede ser que el receptor no comprenda la indirecta y la comunicación fracase. Por ejemplo: Hace mucho frío aquí (indirecto) por Cierra la ventana (directo); Me
muero de ser (indirecto) por Dame un
vaso de agua (directo).
COMENTARIOS DE
TEXTO RESUELTOS.
TEXTO
2. INFORME PISA.
a. Coherencia
Atendiendo en primer lugar a la coherencia global del texto, cabe señalar como núcleo
temático el fracaso de la enseñanza de Lengua en el sistema educativo
español. Este tema principal actúa como
eje que vertebra el resto de la información que nos ofrece el texto. Por lo que respecta a la coherencia lineal, advertimos
una estructura interna organizada en párrafos a través de los cuales se van
desarrollando las distintas ideas o subtemas del texto, que son:
1.
El informe PISA
advierte de la falta de comprensión lectora de los alumnos.
2.
Los contenidos
se repiten año tras año.
3.
Los alumnos
terminan hartos de nociones de morfología y sintaxis,
4.
pero no son
capaces de comprender, por ejemplo, la postura ideológica que se esconde detrás
de la editorial de un periódico.
Estas ideas o subtemas desembocan en el núcleo
temático al que hemos aludido al inicio (el fracaso de la enseñanza de Lengua
en el sistema educativo español).
Se respeta también la coherencia local pues el texto no contradice las normas universales
del saber humano ni las leyes elementales de la lógica.
Podemos concluir, por tanto, que se trata de un
texto coherente porque presenta un tema claro que se desarrolla en varias ideas
relacionadas entre sí, formando un mensaje global y haciendo progresar la
información de manera lógica.
b. Cohesión.
Para analizar la cohesión de un texto debemos
atender a los distintos mecanismos lingüísticos que conectan las partes del
texto y lo dotan de coherencia.
En cuanto a los mecanismos cohesivos de repetición
semántica, destaca el uso de sinónimos (““adolescente” y “quinceañero”) e
hipónimos (nombre de los autores) del hiperónimo “escritor”. Sobresale asimismo la constante alusión al
campo semántico de la materia de Lengua (monemas, morfemas, lexemas, sintagmas,
sujetos, predicados, adjetivas, adverbiales, gramática, redactar, sustantivas,
de relativo…etc.) y del ámbito escolar en general (profesor, instituto,
departamento, examen, alumno).
Por lo que se refiere a los elementos de identidad
referencial, cabe señalar una catáfora en “Yo lo repito una y otra vez (…): ni Unamuno, ni Antonio Machado
(…) perdieron el tiempo en la adolescencia estudiando la jerga (…)”, una relación
anafórica en el demostrativo estos en
“estos escritores” que hace referencia a los autores nombrados anteriormente o
el uso de la palabra comodín “conceptos” en la línea 12.
En cuanto a los elementos de cohesión por deixis
señalamos deixis personal en los verbos en primera persona (repito, trabajo,
nos limitamos, etc), temporal con conectores como “hace ya años” “año tras año”
“cuando corresponda”, o el enunciado “el último nobel de literatura” que nos
sitúa en el año en el que Vargas Llosa ganó dicho premio (2012). En cuanto a la
deixis especial destaca la referencia “el instituto en el que trabajo” y es
significativa también la referencia indirecta al sistema educativo español.
Atendemos por último a los marcadores discursivos
que aparecen en el texto:
- de adición: una vez más,
- de probabilidad: posiblemente,
- de oposición: pero,
- de causalidad: pues en esas estamos,
- de localización temporal: hace ya años, año tras
año
c. Modalidad.
Analizamos por último la modalidad presente en el
texto, es decir, las marcas de subjetividad que ponen de manifiesto el punto de
vista del autor. La modalidad oracional
predominante es la argumentativa. El autor se queja de la actual situación del
sistema educativo español en lo referente a la enseñanza de Lengua y argumenta
su punto de vista haciendo referencia a distintos argumentos de autoridad como
el informe PISA o el hecho de que los grandes autores de la literatura española
no necesitaran, en su adolescencia, conocer a la perfección la morfología y la
sintaxis del español. El tono
exhortativo está presente en la pregunta retórica que cierra el tercer párrafo,
a través de la cual el autor manifiesta su desencanto y anima al profesorado a
cambiar su metodología. Son constantes
las referencias a la primera persona, tanto del singular como del plural
(pretendiendo así integrar en su perspectiva a sus compañeros profesores de
Lengua y Literatura). La carga subjetiva
del texto está también presente en expresiones como “ de una vez”, “no hacen
nada más que repetir”, “perdieron el tiempo” “la misma copla”, perífrasis
verbales como “nos vamos a centrar” y adjetivos calificativos como “terminan
hartos”, “sesudos análisis” o “triviales lecturas”.
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